domingo, 6 de marzo de 2011

medicina tradicional


La automedicación en un hábito común en nuestra sociedad: medicamentos para el dolor de cabeza, para problemas gástricos, para relajarse, para animarse, para la tos, para la alergia, etc.

Cuando acudimos a una farmacia en busca de algún medicamento conocido, que nos fue recetado alguna vez o que nos recomendó un familiar o amigo, corremos el riesgo de padecer los efectos secundarios que éste pudiese causar y que en ocasiones pueden resultar fatales.

Al recurrir de manera frecuente a la automedicación olvidamos que es el médico (no los amigos, familiares, o el farmacéutico) quien está en capacidad de determinar no sólo el medicamento apropiado, sino la dosis adecuada y los posibles efectos secundarios, que varían en cada persona, conforme a su historial clínico y el diagnóstico de la dolencia.

Advierte sobre los riesgos de la automedicación
Los antibióticos son recetados por el médico sólo cuando existe una enfermedad bacteriana
El uso de medicamentos por iniciativa propia y sin una previa evaluación u orden médica es una práctica cotidiana en todas partes del mundo y constituye hoy un verdadero problema para la salud.

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